martes, 22 de julio de 2008

SESENTA Y NUEVE: PESETEROS Y CUTRES

Ay, Dios mío, ¿a quién coño da el ayuntamiento las licencias para los locales de parejas? Fui con una casada de buen ver al Sesenta y nueve, de Barcelona, el pasado sábado y en buena hora se me ocurrió pensar que podríamos pasarlo bien.
En resumen: que el local está en obras y se reduce a una sala con una cama con las paredes llenas de agujeros. Por otra parte, una clientela voraz y con morro, ligeramente casposa, que se dedica a presentarse a las parejas en plan conversación de amigos. La tia me dijo que para que la mirara un tio babeando, ya tenía a su marido, y que no le veía el morbo por ningún sitio.
Nos vamos nada más entrar, estuvimos 5 minutos, y el camarero, con todo el morro nos dijo que eran 30 euros. Al tio le parecía un abuso, nos informó que estaban en obras y no sabía como justificar lo que teníamos que pagar. Nos dijo que "Los hombres pagan 50, las parejas 30" ¿Quién le había pedido la lista de precios? En fin, con gente preparada como esta y con tal espíritu pesetero, ya nos han visto suficiente.

(y eso que siempre había sido yo reacio a criticar a ningún local...)

domingo, 13 de julio de 2008

La importancia de la denigración


Tienes que vestirte siempre con tu mejor ropa con la idea clara que, todo este adorno, se destina a acentuar lo que vendrá después: tu denigración.

Toda relación sexual que mantengas tiene que ser denigrante. Este simple hecho la convierte en el detonante de nuestro placer mutuo, el tuyo y el mío.

La ropa de cuero, con zonas abiertas, junto a la postura de sumisión, contribuye a darte elegancia y a la vez humillación. Toma buena nota y vístete así para estar conmigo. Denigrarte es tu placer.

sábado, 12 de julio de 2008

Descuidarte de ti (2)

En una sala llena de hombres, obviando el hecho que ella estaba completamente desnuda, la inolvidable Marilyn Chambers firmaba autógrafos y charlaba con admiradores. Éste es el nivel de descuido de ti al que tienes que llegar. La imagen transgresora de tu cuerpo desnudo, ofrecido al público mucho más allá de lo que las costumbres más livianas permiten, tiene que ser la guía de tu vida.

Descuidarte de ti


Debes aprender a olvidarte de tu intimidad, hasta el punto que exponerla a los ojos extraños sea lo más natural en tu conducta. Trabajar con medio cuerpo desnudo de cintura para abajo, recibir visitas con tu sexo a la vista, o llevar prendas que permitan el acceso libre a tu culo son las costumbres que te definirán como una dócil sublime.


Un gesto tan fácil como hacer tu trabajo con las bragas bajadas en la parte de atrás, como ves en esta foto, habla maravillas de ti. Te define como lo que eres.