jueves, 11 de diciembre de 2008

Dócil, pero rebelde


Dedicado a mi sumisa rebelde:


Cada vez que te doblego no me excitas tanto como cuando me plantas cara. Lo haces tan indefensa, sin ropa, sin fuerza, sólo con la postura, que me pones a cien. Lo sabes. Se nota que lo sabes. Sigue así... Sólo te abofetearé si me escupes.

Kit básico para la mujer dócil (2)



Si no sabes qué ponerte esta noche para acompañar a tu amo al local de intercambios, opta por lo simple: argolla en el cuello, cadena trasera hacia la cintura, sujeción de la cadena a las esposas. Te dejo la foto para que veas cómo queda. Un beso, preciosa.

Los lavabos públicos y tú

Siempre ha sido tu fantasía colarte en ropa interior en un lavabo de hombres y allí dejar que te ultrajen, humillen y usen a su antojo.
No tienes por qué masturbarte más en silencio por las noches, puedes hacerla realidad. Simplemente, hazla. Ve a cualquier discoteca, tómate antes dos martinis (que te desinhiban pero que sepas lo que haces), deja tu ropa a alguien de confianza y métete en el lavabo de caballeros. Pasarás mucha vergüenza al principio, pero te sorprenderá lo bien que te acogen en seguida. Si lo haces una vez, repetirás.



martes, 22 de julio de 2008

SESENTA Y NUEVE: PESETEROS Y CUTRES

Ay, Dios mío, ¿a quién coño da el ayuntamiento las licencias para los locales de parejas? Fui con una casada de buen ver al Sesenta y nueve, de Barcelona, el pasado sábado y en buena hora se me ocurrió pensar que podríamos pasarlo bien.
En resumen: que el local está en obras y se reduce a una sala con una cama con las paredes llenas de agujeros. Por otra parte, una clientela voraz y con morro, ligeramente casposa, que se dedica a presentarse a las parejas en plan conversación de amigos. La tia me dijo que para que la mirara un tio babeando, ya tenía a su marido, y que no le veía el morbo por ningún sitio.
Nos vamos nada más entrar, estuvimos 5 minutos, y el camarero, con todo el morro nos dijo que eran 30 euros. Al tio le parecía un abuso, nos informó que estaban en obras y no sabía como justificar lo que teníamos que pagar. Nos dijo que "Los hombres pagan 50, las parejas 30" ¿Quién le había pedido la lista de precios? En fin, con gente preparada como esta y con tal espíritu pesetero, ya nos han visto suficiente.

(y eso que siempre había sido yo reacio a criticar a ningún local...)

domingo, 13 de julio de 2008

La importancia de la denigración


Tienes que vestirte siempre con tu mejor ropa con la idea clara que, todo este adorno, se destina a acentuar lo que vendrá después: tu denigración.

Toda relación sexual que mantengas tiene que ser denigrante. Este simple hecho la convierte en el detonante de nuestro placer mutuo, el tuyo y el mío.

La ropa de cuero, con zonas abiertas, junto a la postura de sumisión, contribuye a darte elegancia y a la vez humillación. Toma buena nota y vístete así para estar conmigo. Denigrarte es tu placer.

sábado, 12 de julio de 2008

Descuidarte de ti (2)

En una sala llena de hombres, obviando el hecho que ella estaba completamente desnuda, la inolvidable Marilyn Chambers firmaba autógrafos y charlaba con admiradores. Éste es el nivel de descuido de ti al que tienes que llegar. La imagen transgresora de tu cuerpo desnudo, ofrecido al público mucho más allá de lo que las costumbres más livianas permiten, tiene que ser la guía de tu vida.

Descuidarte de ti


Debes aprender a olvidarte de tu intimidad, hasta el punto que exponerla a los ojos extraños sea lo más natural en tu conducta. Trabajar con medio cuerpo desnudo de cintura para abajo, recibir visitas con tu sexo a la vista, o llevar prendas que permitan el acceso libre a tu culo son las costumbres que te definirán como una dócil sublime.


Un gesto tan fácil como hacer tu trabajo con las bragas bajadas en la parte de atrás, como ves en esta foto, habla maravillas de ti. Te define como lo que eres.

domingo, 29 de junio de 2008

Sumisa de la red




Se llama Cindy y expone en este portal una colección de entregas sexuales altamente humillantes hechas con su pareja. Atada, penetrada, duchada, hierros en la boca, pintada, escupida... y siempre fotografiada a cara descubierta. Localízala y ponte a su nivel. ¿Cuándo tardarás en lograrlo?

Un trato es un trato


Tal como quedamos, pongo la foto que te tomé en el último encuentro para que todos vean cómo es mi sumisa pelirroja. Espero que te sientas nuevamente humillada ahora que la imagen está en el blog. No pondré las que tengo lamiendo el coño de tu mejor amiga ni las que te hice en la caseta del perro. Éstas son sólo mías. Ni siquiera tuyas. Y nunca te las dejaré ver. Pero las enseñaré a mis cómplices cada vez que quiera. Y cuando tomes un café con mis amistades, siempre te preguntarás quiénes de ellos han visto o no tus fotos. Esto te hará sentir en desventaja, como desnuda de antemano, y activará aquella parte de tu cerebro que te convierte en la criatura más dócil del mundo.


Un beso de tu amo.

sábado, 21 de junio de 2008

Ama los detalles


Observa detenidamente la imagen y fíjate en la riqueza y variedad de pequeños puntos de sujección, junto con el resultado de inmovilización y exposición de tu sexo resultante, así como de la postura resultante. Esto es, mírala y, a partir de hoy, ama los detalles...

El gesto de la espalda


Cuando te sodomizo o, mejor dicho, justo antes, cuando te ofreces de espaldas a mí, tiene lugar el instante más intenso de tu entrega, sólo superado por la molestia de la penetración en sí. Los dos lo gozamos porque lo percibimos como tu indefensión una vez más, y tu dolor y humillación al servicio de mi placer.

En cierta ocasión, cuando te estaba penetrando a cuatro patas, te mordí la oreja y te susurré que me disponía a cambiar de orificio. "¡No, no, no lo hagas!" gritaste tú, porque en aquel momento y de aquella manera no hubieras podido soportarlo. Entonces añadiste "¡Imagínate que lo has hecho! Sigue follándome... ¡pero imagina que lo has hecho!". El sucedáneo, puramente de fantasía, funcionó como el mejor de los afrodisíacos y los dos gemimos, mientras repetías tus súplicas, aterrada por la posibilidad de que no tuvieran efecto.

lunes, 9 de junio de 2008

Disponibilidad


Toda declaración de disponibilidad es una declaración de docilidad. De cualquier manera que lo hagas, no importa como, el mensaje que da a entender que tu cuerpo está disponible para quien lo contempla es una forma de sumisión de las más excitantes.

Deberás aprender a realizar estos gestos cuando me acompañes a bares, locales de ambiente, playas, sitios públicos... Pronto aprenderás a comunicar tu disponibilidad a cualquiera. Entonces habrás dado un gran paso en el desarrollo de tu docilidad.

Tu docilidad como moneda de cambio

Son particularmente excitantes las situaciones de intercambio donde por fuerza debes pactar y, sin embargo, lo único que puedes ofrecer es tu cuerpo para los caprichos de los demás.
Vivir una de estas situaciones en la realidad es una de las fantasías más intensas, por la que cualquier sumisa le gustaría pasar alguna vez en la vida.
Como la realidad conlleva cierto riesgo, nos hemos de conformar con vivirlas literariamente, en los juegos o en las sesiones con desconocidos. Si, quizá esto es lo mejor... Te excita que sean desconocidos, porque este ausencia de vínculo los convierte en potenciales fieras... y esto te excita.

jueves, 5 de junio de 2008

Debes mirarme a los ojos


Cuando estés a mis pies y tengas mi pene en tu boca, debes mirarme a los ojos.

Cuando estés de rodillas, y yo te lo ordene, debes mirarme a los ojos.

Cuando te ate desnuda, para que otro te penetre, debes mirarme a los ojos.


La mirada de la sumisa es en si una señal de sumisión. Porque hace que, por un momento, dominador y dominada se vean en la situación y sepan que se ven. Es como desnudar el alma. Por eso es tan importante que me mires a los ojos, aunque te avergüence. Aunque te duela.

domingo, 25 de mayo de 2008

Entrega (2)


Si quien toma propiedad de tu cuerpo lo hace de manera brusca, no debes quejarte, debes alegrarte.

Si quien toma propiedad de tu cuerpo prefiere tu ano a tu vulva, debes agradecerle repetidamente su decisión.

Siempre tienes que repetir, hasta la saciedad, un "gracias" para quien haya gozado de ti. Y si te duele, siempre tendrás que ser tan despectiva contigo misma que llegues a la soez: "Gracias por dejarme el culo dolorido", ésta es una buena frase para una sumisa como tú, pero debes decirla de corazón.

Entrega (1)


Cuando yo te entregue a otro hombre o mujer, ya sea un amo experto o un chaval virgen, tú te portarás siempre igual. Tu entrega consistirá siempre en estar por debajo de él. Por eso lo tendrás más difícil cuando regale tu cuerpo a alguien inexperto, porque deberás colocarte en espera sin darle ninguna idea, sólo decir sí a lo que te pida, ya que nunca tienes que demostrar más experiencia ni mucho menos llevar la iniciativa.

La docilidad en la entrega consiste en ser de otro, no moverse, esperar... Consiste en renunciar a cualquier don que te haga humana, en especial la palabra o el pensamiento.

La inversión es tu mejor afrodisíaco


La clave del placer en la docilidad social es la inversión de roles. Cada vez que me veas con otra, una eventual, tú te convertirás automáticamente en su esclava. Ésta es la esencia de la inversión: la persona más importante para mí es la que se humilla ante la menos importante.

Tu dolor va a ser no sólo ver cómo gozo con ella sino también obedecerla en todo, en especial en lo que se refiera a ser su juguete sexual para que te humillame. La eventual, además, no tiene que saber lo que significas para mí. Ella tiene que creer que eres una pirada, una loca que no sabe qué terreno pisa y que va camino del desquicio.
Lamer el culo de mis amantes eventuales y agradecerles que te maltraten es lo que te hará descubrir la docilidad extrema y, a través de ella, ese estado de enajenación mental que todavía no conoces.

Te mando una ilustración que refleja lo que quiero de ti. La eventual se ríe de ti, mientras que tú suplicas para darle placer. Lamerle el ano para que se entone es el trabajo de una perra dócil como tú.

viernes, 23 de mayo de 2008

El sexo en grupo de la mujer dócil


Muchas como tú tienen sobrada experiencia en sexo en grupo. Quien no haya hecho un gang en un local de intercambios es que no se ha movido por la noche barcelonesa. Sin embargo, hecho dos veces el morbo se esfuma.

Lo que sí hace palpitar el corazón de las mujeres como tú es la entrega indefensa. Ésta consiste en la convocatoria de un gang bang en el que no tienes libertad de movimientos. Es decir, tú no mandas. Ni siquiera eres tan libre como ellos. De hecho, no eres libre en absoluto y estás totalmente a su merced.

Estos gangs indefensos pueden hacerse con los ojos cerrados para empezar. Te sentirás más cómoda y te será más fácil entregarte. Pero mi consejo es que en breve te atrevas a hacerlo a cara descubierta, con la mirada libre para que tu mente sea consciente de lo que le viene encima justo antes de ser penetrada.

La fantasía irrealizable, claro está, es que el hombre al que menos soportas fuera el que apareciera ante ti, con el rabo tieso. Entonces tú moverías tu cadera y piernas como para escaparte. Esfuerzo inútil, porque no podrías; y él se acercaría por detrás, agarraría tus caderas, tus ojos se llenarían de lágrimas, y...

Goza de mirar los ojos de la modelo de la foto. Imagina que fueras tú quien estuviera en su lugar. E imagina tu mirada de terror ante la impotencia de ver ante ti a ese hombre que tanto odias.

jueves, 22 de mayo de 2008

Tu intimidad entendida como docilidad


Con una sumisa tuve una relación corta y restringida. Nos limitábamos a ir a cenar, como si fuéramos una pareja más. Elegíamos restaurantes muy llenos, donde los camareros estuvieran agotados, donde hubiera mucha gente y mucha confusión. También los elegíamos para que se pagara en un sitio con posibilidades de estar un poco escondido (estos restaurantes que la caja no está muy a la vista del público).


La obligación de la sumisa era pagar la cuenta en efectivo, con un billete grande, de manera que sobraran unos o dos billetes en el cambio (5 euros normalmente). Entonces ella tomada el billete y a la vista del camarero se lo metía por su pantalón en las bragas. Luego le decía al camarero que la propina estaba allí y que podía recogerla. Sólo lo hicimos contadas veces, porque cada vez que se atrevía estaba a punto de morirse de vergüenza. Hubo dos camareros, con los que le hice repetir, que le magrearon el coño como quisieron y durante el rato que pudieron mientras "buscaban el billete". Cuando íbamos a un restaurante en el que estaban estos camareros, ella comía todo el tiempo con la cara roja de vergüenza, y suplicando que no la obligara a volverlo a hacer. Al final, cuando daba la propia, lo hacía con la cabeza baja, sin atreverse a mirar al camarero.


Os adjunto una foto de internet de este estilo, aunque no es, ni mucho menos, lo que hacía yo con ella.

lunes, 19 de mayo de 2008

Tienes que comprender


Una mujer educada como tú tiene que comprender por qué es necesario que se arrastre y que trabaje sin ropa interior. El trabajo es la primera forma de sumisión que todos experimentamos, sólo que contigo se hace explícita por cuanto es un trabajo inútil. Es decir, vendrás a casa y limpiarás, tanto da lo que limpies, porque no será tenido en cuenta (luego alguien lo limpiará nuevamente). Esta declaración de absurdo le da el carácter de energía perdida, derrochada, sólo por el placer de ver cómo se malgasta tu esfuerzo. Lo excitante es, pues, tu cansancio, el sudor de tu frente, y la postura servil con que ejecutas la tarea.
La ropa interior ausente es la declaración de tu disponibilidad a los caprichos de tu amo. Ver tu trasero y tu coño, allí expuestos como si fueras un animal (una yegua, por ejemplo) es lo que excita a tu poseedor, a sus amistades y a ti misma.
Y, finalmente, arrojar agua al suelo, derramar una taza de café o tirar restos de comida para que los limpies son actos de menosprecio hacia ti que te cosquillearán el cerebro como si de aguijones se tratara. Tenía una sumisa que agachaba la cabeza para besar la suciedad que yo tiraba en el suelo. Tienes que esforzarte para llegar donde ella llegó.

Abofetear

Darle un bofetón cuando te la está chupando es el mejor afrodisíaco para una mujer dócil. Hace que se entone, que se sienta humillada y que la confusión se apodere de su mente. Es la confusión que le lleva a sentir un calor por todo el cuerpo y que se dirige inexorablemente hacia su clitoris (perdón por el tópico).
La primera vez que una chica me pidió que la abofeteara me sentí totalmente perdido. Por nada del mundo hubiera querido causarle ningún daño y recuerdo que pensé "Si le doy un manotazo, seguro que le rompo la mandíbula". Mi complexión es robusta (ello ayuda a crear un ambiente de dominación, lo reconozco) pero me preocupa en extremo que cualquier acción mía cause daño en un cuerpo más frágil.
En aquel momento, sin embargo, pensé rápidamente la manera de darle la bofetada de manera que sonara pero no le hiciera ningún daño estructural (es decir, que enrojeciera su mejilla pero que no afectara para nada a sus músculos o sus huesos). Lo conseguí. Ella se masturbó y se corrió enseguida. Al final, noté como sus manos delicadas cogían la mía para llevársela a la boca. Me lamió la mano (como una perrita agradecida, perdón por el tópico) y debo reconocer que, por un momento, sentí el mismo placer que sentía ella.

Gozar de ofrecerse


La postura a cuatro patas (o "el perrito", como la llaman algunos) es la obligada para las mujeres dóciles. Llegar a un local de intercambios, desnudarse y colocarse en un sofá a cuatro patas, de espaldas al resto de gente, es la targeta de presentación de la mujer bien educada.

Cuando he acompañado a mis amigas me he colocado a unos metros de ellas, para darles seguridad, pero obligándolas a cambio a otras entregas previamente negociadas. Mi papel ha sido el de vigilar que cualquier hombre que las tomara se pusiera un preservativo, o que no introdujera los dedos en su vagina si haberse antes limpiado de cualquier otro contacto anterior. Sin embargo, también es cierto que les he dicho a estos hombres cosas como "Se deja encular", "Ponle las nalgas rojas antes de penetrarla", "A ella le excita que la saques del coño y se la metas de golpe en la boca" o "Su marido estará fuera unos días". Me he asegurado, en todo caso, que el hombre estuviera con la polla a punto de explotar en el momento de acercarse a ella.

Kit básico para la mujer dócil


El placer es indescriptible no sólo cuando otra persona tiene el dominio de ti, sino también cuando este dominio conlleva una humillación extrema. Imitar a un animal o ponerse accesorios propios de él te lleva a un estado mental en que te sientes como tal animal, en manos de su amo y con obediencia debida en todo lo que desee.

Aconsejo a todas las mujeres que quieran experimentar el placer de esta entrega extrema que se confeccionen un kit como el de la foto. Tiene algunos inconvenientes que su pareja o amistades ayudarán a resolver, porque hace falta fijar bien los apoyos (con muebles auxiliares) para que la mujer aguante los pesos sin peligro para su integridad física. Sin embargo, el esfuerzo valdrá siempre la pena...