Siempre ha sido tu fantasía colarte en ropa interior en un lavabo de hombres y allí dejar que te ultrajen, humillen y usen a su antojo.
No tienes por qué masturbarte más en silencio por las noches, puedes hacerla realidad. Simplemente, hazla. Ve a cualquier discoteca, tómate antes dos martinis (que te desinhiban pero que sepas lo que haces), deja tu ropa a alguien de confianza y métete en el lavabo de caballeros. Pasarás mucha vergüenza al principio, pero te sorprenderá lo bien que te acogen en seguida. Si lo haces una vez, repetirás.
jueves, 11 de diciembre de 2008
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