jueves, 5 de junio de 2008

Debes mirarme a los ojos


Cuando estés a mis pies y tengas mi pene en tu boca, debes mirarme a los ojos.

Cuando estés de rodillas, y yo te lo ordene, debes mirarme a los ojos.

Cuando te ate desnuda, para que otro te penetre, debes mirarme a los ojos.


La mirada de la sumisa es en si una señal de sumisión. Porque hace que, por un momento, dominador y dominada se vean en la situación y sepan que se ven. Es como desnudar el alma. Por eso es tan importante que me mires a los ojos, aunque te avergüence. Aunque te duela.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bonita prosa.
Buenos contenidos.
Felicidades, Manolo.