Si quien toma propiedad de tu cuerpo lo hace de manera brusca, no debes quejarte, debes alegrarte.
Si quien toma propiedad de tu cuerpo prefiere tu ano a tu vulva, debes agradecerle repetidamente su decisión.
Siempre tienes que repetir, hasta la saciedad, un "gracias" para quien haya gozado de ti. Y si te duele, siempre tendrás que ser tan despectiva contigo misma que llegues a la soez: "Gracias por dejarme el culo dolorido", ésta es una buena frase para una sumisa como tú, pero debes decirla de corazón.
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