Tienes que vestirte siempre con tu mejor ropa con la idea clara que, todo este adorno, se destina a acentuar lo que vendrá después: tu denigración.
Toda relación sexual que mantengas tiene que ser denigrante. Este simple hecho la convierte en el detonante de nuestro placer mutuo, el tuyo y el mío.
La ropa de cuero, con zonas abiertas, junto a la postura de sumisión, contribuye a darte elegancia y a la vez humillación. Toma buena nota y vístete así para estar conmigo. Denigrarte es tu placer.
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